EL
TRABAJO DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
I.
Introducción
A lo largo de la historia, el trabajo
de las mujeres ha estado vinculado siempre a formas de servidumbre, éste tipo
de trabajo a pesar de su poco reconocimiento en la actualidad es un fenómeno
mundial, Sin embargo en la actualidad hay un crecimiento de conciencia en los
diferentes actores sociales a nivel
global sobre la necesidad de brindar una mayor protección a los derechos de las
trabajadoras domésticas. Por tanto el
objetivo del presente documento es realizar un análisis del trabajo desde la
perspectiva de género, en la sociedad boliviana.
II.
Desarrollo
El trabajo desde la perspectiva de
género, establece que la determinación de las actividades laborales están
ligadas a los roles de género que tienen que ver con la generación de ingresos
y la reproducción de la familia. “Estas
actividades desarrolladas en el ámbito de los hogares y de las comunidades que
no generan ingresos económicos, son también importantes para la reproducción de
las personas, las familias y la sociedad
en general”. (Wanderley, 2008, p.148).
Sin embargo esta situación no es reconocida,
ni considerada por la mayoría de los hombres puesto que consideran que la mujer
debe cumplir ese rol doméstico y reproductivo por naturaleza, por obligación,
por norma, por costumbre por el hecho de ser “mujer”.
Por su parte las mujeres que trabajan
en actividades remuneradas deben recurrir a servicios públicos (estatales y no estatales)
y privados de atención de niños (guarderías) u a otras alternativas (Abuelos,
tíos, amigos, vecinos entre otros) para el cuidado de sus hijos.
Las mujeres que se insertan en el
trabajo doméstico remunerado, en el área urbana de Bolivia “son migrantes del campo y de ascendencia indígena. Estas mujeres trabajadoras
no cuentan con beneficios sociales y reciben remuneraciones muy bajas” (Wanderley,
2008, p.158).
Por otro lado el trabajo doméstico
conlleva múltiples problemas tales como la falta de delimitación en su horario
de trabajo, ausencia de respeto a sus descansos, a su tiempo libre y a su
privacidad entre otros. Estos problemas muestran condiciones extremas de
inequidad y de abuso a los derechos humanos que son resultados de la
desvalorización y discriminación del trabajo doméstico que se refuerza con la
discriminación étnica.
Por su parte, las leyes laborales
consignan para el sector menos derechos que el resto de los trabajadores asalariados
En la literatura feminista y en
estudios de género realizados a los largo de este tiempo, establecen que “las condiciones
de inserción ocupacional de las mujeres dependen, en gran medida, de la distribución
de las responsabilidades del cuidado al interior de la familia” (Wanderley,
2008, ps. 145-148).
Por tanto el Estado, el mercado y la
familia, han consolidado la demanda de inclusión de la “economía del cuidado”
en la agenda pública como tema central para la promoción de la equidad de género
en las relaciones laborales. Esa agenda
de la economía del cuidado como bien
público amplia e incorpora:
a) La visualización y valoración de las
actividades del cuidado al interior de los hogares;
b) la promoción de la división de
responsabilidades entre hombres y mujeres con responsabilidades familiares;
c) la oferta de servicios públicos o
subvencionados de guarderías y alternativas para el cuidado de los niños
menores a seis años y adultos mayores para hombres y mujeres con responsabilidades
familiares; y las
d) políticas de recursos humanos en las
empresas y en el sector público facilitadoras de la conciliación entre las
responsabilidades familiares y laborales de los(as) trabajadores(as).
III.
Conclusión.
ü Es ineludible reconocer el aporte del
trabajo doméstico en el funcionamiento de la sociedades actuales; primero
porque brindan en el hogar un trabajo desinteresado por la familia que no
remunerado ni reconocido en la mayoría de los casos y segundo porque las
mujeres que se insertan al trabajo doméstico posibilitan que las demás personas
puedan integrarse a la vida social y económica sobre todo cuando tanto hombres
como mujeres deben trabajar para el sustento
de sus hogares o cuando las madres solteras deben trabajar para la manutención
de sus hijos.
ü Este análisis del trabajo desde la
perspectiva de género debe permitir reflexionar sobre los desafíos de la
construcción de una nueva propuesta laboral que permita la distribución
equitativa de oportunidades y respeto por el trabajo de las mujeres y la
diversidad cultural.
IV.
Bibliografía
- Wanderley, F. (2008). Género y desafíos post-neoliberales.
Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. Insumos conceptuales para el
diseño de políticas de promoción del empleo en el marco de la equidad. Revista
Umbrales No. 18. La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA.
- www.gestuipolis.com/analisis
del trabajo-doméstico y su realidad laboral en el mundo/